Dios siempre nos da oportunidades de mostrar su amor

Había que trasladarnos 30 millas en bote desde Antigua a la pequeña isla de Barbuda. El email que me enviaron decía: “Es posible que en el trayecto en bote exista una mínima posibilidad de que te mojes”. Estaba más preocupado de que no lloviera durante el día, ya que haría el viaje bastante incómodo, que esa mínima posibilidad de que me cayera un poco de agua salada en el bote. Con decirles que hubiese preferido que lloviera. Me encanta el humor de Dios. 

Este no era un viaje cualquiera, la misión: Llevar ayuda humanitaria y 500 cajitas de zapatos llenas de regalos que distribuiríamos a través de la organización Samaritan’s Purse y Operation Christmas Child. Estas 500 cajitas habían sido empacadas por una pequeña iglesia en Texas liderada por el pastor Mark Brumbelow y su esposa Cherry. Ellos se habían comprometido en empacarlas desde Septiembre. Sin embargo, el Huracán Harvey azotó contra Texas inundando y destruyendo varias casas de los miembros de esta pequeña iglesia, incluyendo la de los pastores Mark y Cherry. Fue un golpe duro para esta iglesia de tan solo 30 miembros pero comprometidos con su palabra siguieron empacando cajitas sin saber, hasta ese momento, que serían distribuidas, a niños y niñas de la isla de Barbuda que lo habían perdido todo por otro huracán, el Huracán Irma, que destruyó totalmente la infraestructura de la isla, dejándola completamente en ruinas a tal grado que sus 1,800 habitantes fueron evacuados a la isla de Antigua. 

Después de una hora y media en bote, llegamos a Barbuda empapados. Me ardía la cara del agua salada que había golpeado mi rostro durante ese tiempo. Al bajar del bote, lo primero que vi fue una estación de agua potable que Samaritan’s Purse había montado para proveer agua limpia a los trabajadores de la isla que poco a poco empezaban las labores de reconstrucción junto a los voluntarios de Samaritan’s Purse. Mientras hacíamos el recorrido por las calles y mirábamos la destrucción que había dejado el huracán Irma; casas completamente destruidas, árboles desarraigados, autos abandonados, animales muertos, parecía una isla fantasma. Por un momento me imaginé los niños jugando por las calles cuando todo era normal. Ahora esos niños estaban viviendo en refugios sin poder regresar a sus casas. Samaritan’s Purse continua con la ayuda humanitaria proveyendo lonas para cubrir techos, generadores, kits de higiene personal, agua potable y construyendo albergues provisionales mientras las casas son reconstruidas. 

Estaba muy emocionado por regresar a Antigua, ya que por la tarde tendríamos la oportunidad de conocer a los niños de Barbuda y poder entregarles las cajitas de Operation Christmas Child que aquella pequeña iglesia en Texas había empacado con tanto amor. La gran sorpresa era que sus pastores Mark y Cherry nos estaban acompañando en este viaje y también tendrían esa oportunidad de experimentar servir y poner la mirada en alguien más. 

Mi amigo Ángel Jordán, gerente de relaciones multiculturales para Operation Christmas Child, me había escrito tres días antes preguntándome si quería participar en este viaje. Inmediatamente le dije que sí. Estoy convencido que Dios siempre nos da oportunidades de mostrar su amor de una manera tangible y nos permite participar de su obra. ¿Sabías que Jesús nunca dijo: “Te amo”? y si lo dijo, los evangelios no lo registran pero todo mundo sabía que Jesús amaba. ¿Sabes por qué? Porque lo dijo con sus manos, lo dijo con una mirada, una sonrisa. El amor de Jesús se demuestra en cada acto de bondad que hacemos. 

Entregarle las cajitas a estos niños y ver sus sonrisas mientras las abrían no tiene precio. Dios siempre envía a personas en su nombre, como los pastores Mark y Cherry, y Operation Christmas Child, para mostrarles el amor de Jesús y recordarles que aunque su mundo se desmorone nunca son olvidados ni abandonados. A veces lo hace a través de una simple cajita zapatos llena de juguetes. 

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